martes, 9 de mayo de 2017

La creatividad, un valor en auge






Ya no es algo nuevo que bien entrado el siglo XXI las personas “raritas” y con nuevas maneras de percibir "la realidad" y de aportar soluciones alocadas empiezan a ser de las más solicitadas para cubrir ciertos puestos en el mundo de la empresa. ¿Por qué? Simplemente porque piensan de manera diferente.
Los nuevos problemas requieren nuevas soluciones… lo que siempre se ha hecho, ya no es útil y en muchos sectores se apuesta por la formación y coaching para potenciar la creatividad tanto en empresas como particulares, ya no solamente con la intención de resolver problemas, sino como manera preventiva de evitarlos y probar a hacer cosas diferentes.


“No es posible resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer” 
(Roger Van Oech)


Hace años escribí:

La creatividad ya no sólo es una característica particular de aquellos profesionales o aficionados a cualquiera de las artes, sino que lo puede ejercer cualquier persona que practique maneras de pensar diferente y sepa percibir una misma realidad desde diferentes puntos de vista, para no solamente solucionar problemas sino para mejorar lo ya establecido. Alguien que practica el pensamiento creativo sabe moverse ante y con la adversidad, sabe “sacar de donde no hay” y está predispuesta a ver, no lo que hay o es hoy, sino lo que puede llegar a haber y ser mañana.  

La pregunta mágica podría ser algo así como: “¿De qué otra(s) manera(s) puedo mejorar esto?”, "¿De qué otras alternativas u opciones dispongo y qué puedo hacer a partir de de ellas?" Aprendemos a ampliar nuestras posibilidades y probar nuevas soluciones, sabiendo que nos podemos equivocar, simplemente porque estamos probando algo nuevo.”

Una magnífica noticia es que todos somos seres creativos… Sí. No pongas esa cara. Que no te hayas atrevido a probar cosas nuevas, a arriesgar otras maneras de hacer y solucionar los problemas, a embarcarte en proyectos que no sabes dónde te van a llevar,  y que hayas ido siempre “sobre seguro”, no quiere decir que no seas creativo… quiere decir que no has practicado la parte creativa y generativa que hay en ti. Punto. Solamente tenemos que saber observar a los niños, los grandes maestros de la edad “adulta”, los sabios sin prejuicios, sin filtros y abiertos a explorar y disfrutar. Ellos viven el ahora, y cuando están en alguna tarea, por complicada que les resulte, están con todo su ser. Nosotros también fuimos así. Después crecimos y nos creímos aquello del “miedo al fracaso” y el “no intentarlo por si sale mal”. A menudo nos engañamos con este tema… realmente pocas veces nos frenamos por miedo a fracasar, sino más bien por miedo a tener éxito. Pero este es otro tema.
 
Volvamos al asunto de la creatividad...
¿Qué pasaría si probaras algo nuevo? ¿Qué pasaría si te arriesgaras? ¿Qué pasaría si eso que has ideado en tu cabeza funcionará y tuviera éxito una vez cristalizado y materializado en algo “tangible”?
Piénsalo...
 
Te contaré algo más personal.
En estos momentos estoy arriesgando en un proyecto nuevo, con una persona nueva, y haciendo algo que nunca he hecho antes… Estoy abierta a la experiencia más que en el resultado. Es cierto. Soy consciente de lo que me lleva a emprender esta aventura, de lo que me mueve y de los valores que quiero que estén presentes hasta llegar al propósito final. Sí, porque hay un propósito, y bastante elevado, la verdad. [La creatividad y el riesgo deben tener un propósito, tenemos que enfocarlos a algún resultado deseado y a un objetivo bien definido… si no… ¿para qué?]
Mi compañera de viaje y yo tenemos la intención de que la experiencia también sea un éxito al finalizar el camino y vamos reorientando nuestras acciones hacia un resultado deseado. Pero, por otra parte, también somos conscientes de que hay miles de factores que no dependen de nosotras… Miles. Y por tanto, que no controlamos: circunstancias, obstáculos, imprevistos y adversidades que nos convendrá sortear y gestionar como mejor sepamos. Sabemos que no va a ser "fácil" (o tal vez sí), pero también sabemos que lo sea o no queremos disfrutar.


No nos referimos sólo a tener mejores ideas. Hablamos de una suerte de consciencia general que te lleve a un mayor disfrute de tu trabajo y de las personas que te rodean: un espíritu capaz de mejorar la colaboración y la comunicación con los demás 
 (El espíritu creativo, D. Goleman, P. Kaufman y M. Ray)


A veces nos olvidamos de disfrutar. La creatividad implica disfrute, implica perseverancia y pasión manteniendo un estado interno de alegría y goce. Por eso, aunque el resultado nos importe (para eso nos hemos sumergido en estas aguas desconocidas), siempre nos importará más disfrutar del viaje y aprender: recoger las miles de enseñanzas ocultas en cada una de nuestras acciones, “errores” y “fracasos”, en cada una de nuestras interacciones con otras personas involucradas en el proyecto, en cada una de nuestras decisiones. Sabemos lo que queremos conseguir y cómo lo queremos hacer… lo que no sabemos es lo que nos vamos a ir encontrando por el camino. (Y es que si lo supiéramos toda aventura perdería su gracia...)

Los que más entienden sobre el tema, [Howard Garner, y sus Inteligencias Múltiples, Edward De Bono, y su Pensamiento Lateral, Ken Robinson, y su búsqueda del Elemento, incluso Daniel Goleman, desatando su Espíritu Creativo (sólo por citar algunos)], defienden que el desarrollo de la creatividad va estrechamente unido a la pasión que nos permite entrar en un estado de “flujo”, como bien apunta Csikszentmihalyi (ahora vas y lo pronuncias bien), entrando en contacto con nuestra parte inconsciente, y que requiere un “estar presente sin estar”. 
No pongas esa cara otra vez. 
Es un estado en el que has entrado millones de veces y ni te has enterado. Es un estado en que nos encontramos como entre dos mundos, parecido a un estado de trance en el que entran en conexión la parte consciente con la inconsciente permitiendo abrirse los canales de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales. Es un estado medio etéreo, por decirlo de alguna manera, hasta tal punto que el sonido de un timbre o de una llamada telefónica nos asusta y nos hacen “volver” a la realidad, digamos, material. ¿Nunca te ha pasado? ¿Ves?


“Cuando usamos ambos hemisferios, nuestro potencial creativo se vuelve infinito.” 
 (Tony Buzán)

No es un estado que sólo pueden practicar unos cuantos. De verdad. Pruébalo. Te invito a que tomes consciencia de esos estados en los que entras sin darte cuenta y pruebes a provocarlos ante un objetivo claro: aumentar tus ingresos, preparar una tesis, crear una presentación, preparar un proyecto, presentarte a una entrevista de trabajo, etc. Todos somos seres creativos y generativos por naturaleza. ¿Otra vez esa cara? Créeme. Todos. Solamente que no siempre somos conscientes y en ocasiones, es posible, no sepamos orientar esas habilidades en hacer realidad nuestros sueños.
 
Tanto en procesos de coaching, como formando en PNL, procuro plantear preguntas que inviten a mis alumnos y clientes a reflexionar de manera diferente. Propongo a menudo cuestiones que nunca antes se han planteado, incluso les devuelvo algunas preguntas que se manifiestan en clase dándoles “la vuelta” y enfocando el tema de otra manera, desde otra perspectiva. Generalmente y a principio de curso y de proceso, lo suelo verbalizar en voz alta a modo de advertencia: una de mis labores es invitaros a pensar de manera diferente, no pretendo cuestionar vuestro enfoque (que también, aunque respetándolo), solamente mi intención es que os abráis a percibir la realidad desde otros enfoques nuevos. La sorpresa me la llevo cuando en la mayoría de los casos estas nuevas maneras las perciben como algo fascinante y muy útil para su vida cotidiana. Los problemas ya no son tales cuando estamos abiertos a las soluciones más disparatadas.

Pero a menudo no es fácil tratar con "creativos". Los creativos suelen ser personas solitarias y más bien incomprendidas, incluso enajenadas por muchos círculos sociales. No son “normales” y ese es su gran potencial. Apostar por el “rarito” puede ser un riesgo, pero también toda una oportunidad para aprender a pensar y a concebir situaciones complejas para superarse a sí mismo y evolucionar en muchas de las áreas que contribuyen al éxito de una empresa. Los “raritos” piensan en generativo, ven soluciones donde aparentemente no las hay, suelen tener una actitud ante la vida de esperanza, y disponen de un afinado sentido del humor. Su cerebro va a mil y las conexiones neuronales también. Tampoco esperes que te comprendan a la ligera… 


“Si una persona quiere ser creativa es importante que tome consciencia de la fluidez de la percepción y de la posibilidad de tener múltiples percepciones, todas ellas valiosas.” 
 (Edward De Bono)


Con todo y con esto, la creatividad (y los creativos) es un valor en auge dentro del marco social y económico. Confío que cada vez se cotice y reconozca más y mejor en los diferentes sectores y estratos empresariales.

¿Cómo crees que esto de ser creativo puede afectar a tu marca personal
Ahí te lo dejo.

Gracias por leerme. 




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