jueves, 31 de enero de 2019

¿Cuál es tu rareza?








Lo normal es aburrido.
Lo normal sigue las normas, sigue lo establecido y lo reglado sin cuestionarlo.
Desde lo normal de cada uno nunca crearemos nada nuevo, nada grande, nada extraordinario. Lo normal mata indiscriminadamente todo talento, toda creatividad y todo lo sorprendente de la naturaleza singular de cada ser humano. Si queremos hacer algo nuevo y asombroso no es en nuestras "normalidades" donde tenemos que buscar sino en  nuestras rarezas.

Hace unos días volví a ver por enésima vez,  La Liga de los Hombres Extraordinarios (2003).
A pesar de algunos errores de dirección, incluso algún experto diría que de montaje y post producción, una vez más me quedo con la historia que nos es contada a través de sus personajes y hazañas. Me quedo con el mensaje o interpretación de lo que un espectador agudo y audaz, puede ser capaz de leer entre líneas.

Ambientada en 1899, siete personajes seleccionados por sus peculiares cualidades que los hacen únicos, extraordinarios, son reunidos por el Imperio Británico con el fin de evitar una guerra mundial. Estos personajes los forman los protagonistas de algunas creaciones de grandes autores de la literatura fantástica de la segunda mitad del siglo XIX, a saber: el Hombre Invisible, Dorian Gray, el Capitán Nemo, Allan Quatermain, Tom Sawyer, la Mujer Vampiro, y Henry Jekyll (con su Mr. Hyde). Como muchos de los films y para los más exquisitos investigadores de historias, cual buscadores de tesoros, la película va más allá de los efectos especiales, las hazañas, las puestas en escena y la relación entre sus personajes si sabemos leerla y hacer las conexiones adecuadas. ¿Qué historia nos está contando y qué nos está contando esa historia?

Esto me llevó a centrarme en uno (o dos, según como se mire) de los personajes de la historia de los hombres extraordinarios: la relación entre Jekyll y Hyde. Ya son harto sabidos, estudiados e interpretados los significados psicológicos que se le han atribuido a la relación entre estos dos personajes, dentro de uno mismo. Esa dualidad entre lo “correcto” e “incorrecto”, entre lo que mostramos y lo que ocultamos, entre la “normal” y aceptado y lo “extraordinario” y repudiado… Esa parte oscura, que reprimimos por sociabilidad, y ocultamos para ser aceptados. Nuestra sombra. Nuestra rareza. Nuestra “extraordinariez”.


"No soy extraño, simplemente no soy normal" 
Salvador Dalí
 

A lo largo este film tanto Jekyll como Hyde evolucionan, siguiendo el patrón común de cualquier proceso de cambio: negación, negociación y aceptación, para simplificar.
Veamos.

1)    Negación.

Jekyll pretende, ante todo, ocultar a Hyde, es alguien sucio, destructor y que expresa lo que realmente siente (un descarado y un pecador), a menudo la rabia, la espontaneidad y todo lo que Jekyll no se atreve a mostrar. Jekyll se enamora de Mina (la mujer vampiro), pero solamente se permite observarla y mirarla desde la distancia. Hyde le susurra :
-   Mírala… Es lo tuyo… Mirar pero no tocar…
Jekyll intenta ignorar esa voz interna pero Hyde insiste:
-   Sabes que no puedes evitarme… Bébete el elixir.
-    ¡No! – Se reprime Jekyll- …
-    Ni apenas te mira – insiste el Escondido - …A mí me miraría… ¡Bébetelo!
Pero Jekyll sigue negando y temiendo la oscuridad de Hyde. Cree que Hyde lo utiliza a él para existir, para manifestarse,… y su idea sobre el bien y el mal, le impide acceder.
No obstante, llega el momento de luchar con el resto de la Liga y contra el enemigo común. Escenario: Venecia. Todos parten en un auto hasta el centro de la ciudad para evitar que esta estalle en mil pedazos. Quatermain le invita a subir al coche:
-    Vamos Jekyll, suba… necesitamos a Hyde.
-    ¡No! – insiste y persiste el Dr. Jekyll – Hyde no me volverá a utilizar.
Entonces, Dorian con una cínica sonrisa interviene:
-    Entonces… ¿de qué nos sirve usted?



"Si uno se siente perseguido por un ogro y se convierte en el ogro, la pesadilla desaparece" 
Fritz Perls

¿De qué podemos servir  a un bien común, un objetivo, una misión compartida, si reprimimos nuestros más recónditos talentos? ¿Cómo vamos a aportar desde lo mejor de nosotros si escondemos nuestro potencial? ¿Cómo vamos a contribuir desde lo extraordinario de cada uno si ocultamos nuestras rarezas?

La historia sigue…

2)    Negociación.

Minutos de película más tarde...
El submarino en el que viajan nuestros héroes es atacado. Se avecina un momento determinante en la relación Jekyll y Hyde para salvar el navío y a su tripulación. Jekyll ve a Hyde a través del espejo… Este le espeta:
-    Podemos hacerlo, Henry
-    ¿De qué demonios estás hablando?- responde Jekyll temeroso.
-    Sabes que juntos…lo conseguiremos.

Hay que abrir una compuerta para dejar salir el agua que hunde el submarino, sin la fuerza de Hyde la hazaña es imposible para los hombres corrientes, ni siquiera uniendo la fuerza de varios. Jekyll accede a la petición de su sombra, por el bien de todos los allí en peligro. Entonces y después del éxito de tal proeza, Jekyll descubre lo útil y beneficioso que es para todos dejar que se manifiesta el Sr. Escondido. Su parte más poderosa… Juntos, la bondad y la templanza de uno con la ferocidad y la osadía del otro.

Al terminar este percance dentro del navío, todavía reticente, Jekyll se reúne con el resto de sus compañeros y es recibido con miradas de triunfo y aceptación. Sonriente, satisfecho y con una actitud más empoderada les advierte, todavía precavido: No convirtamos en santo a un pecador; la próxima vez, quizá no resulte tan útil.

3)    Aceptación.

Sin embargo, Jekyll empieza a considerar la “utilidad” de su bestia, ahora también aceptada y reconocida por el grupo; y los dos egos  empiezan a acercarse, conformando, ahora sí, una personalidad completa; empieza a haber una reconciliación de partes: lo sociable y benévolo (pero débil y poco atrevido) con lo oculto y osado, bestia y oscuro (pero enajenado por a la “normalidad” social).  Esta unión ya aceptada se ve en otra secuencia: cuando la Liga tiene que entrar en la fortaleza del enemigo para rescatar a unos científicos y a sus familias. Nemo (el capitán del Nautilius) alerta:
-    Tenemos problemas
A lo que Jekyll convertido en Hyde, responde:
-    ¿Problemas? Yo lo llamo deporte.

Ya es uno más, ya encuentra su misión con la liga, ya sabe que su peculiaridad aporta un servicio del cual todos se pueden beneficiar.

Y se transforma. La bestia ha sido domada, ha encontrado su sitio al unirse y ponerse al servicio de los Hombres Extraordinarios para seguir luchando contra malechores y villanos. Ya no le temen, ya no le huyen. Ahora Jekyll pone su furia (entrenada, domada y más humana) al servicio de algo más grande.


"Siempre me han malinterpretado. 
Sabes, podría vestirme con un traje de payaso y reírme con la gente feliz,
pero aún dirían que soy una personalidad oscura"

Tim Burton


¿Cuál es tu rareza?
Sí, aquello que es “raro” para otros pero que tú vives con toda naturalidad. Esa característica peculiar, sin la cual, te cuesta ser tú. Eso que es muy de ti (de dentro) y que los demás no alcanzan a entender (a veces ni a respetar). Eso que, incluso, pretendes o intentas ocultar para no sentirte enajenado dentro de un grupo de pertenencia. Y es allí, precisamente en tus rarezas, donde reside aquello que te hace único, que te hace extraordinario. Ahí mismo se encuentra tu poder. Solo tienes que reconciliarte con ellas, entrenarlas y domarlas, encontrarles un sentido y utilidad más allá de ti y ponerlas al servicio del mundo.