viernes, 18 de octubre de 2019

El no-hacer como iniciativa creativa




Existe la imagen generalizada de que alguien creativo es alguien que no para de idear y de probar cosas nuevas, es alguien con un alto índice de actividad física y mental, es un hacedor nato, el que toma la iniciativa, el precursor de algo novedoso, el pionero de algo innovador...

El creativo debe comprender que, a veces, la mejor iniciativa creativa es parar y literalmente no-hacer-nada.

Cuando nos paramos, creamos silencios, vacíos, lagunas, distancias, quietud... entonces nos podemos permitir contemplar qué ocurre. ¿Alguna respuesta?

Cuando nos obscecamos en algún asunto, y ponemos todo nuestro empeño en ser efectivos, en hacer que algo funcione (un equipo, un invento, un experimento, una relación, un proyecto o cualquier iniciativa) según como nosotros creemos que debe funcionar, las energías se nos van. Nos agotamos y nos frustramos.
¿Qué ocurre cuando no hacemos nada?
Según la teoría de sistemas, cuando un elemento cambia, el sistema se mueve con el fin de mantener el equilibrio y la armonía entre los elementos que lo forman. Cuando un elemento "hacedor", deja de hacer, el sistema también cambia, los demás elementos se moverán para seguir en movimiento... o no, y dejar morir al sistema entero. Luego cabe preguntarse... ¿de quien dependía la vida de ese sistema, entonces? Del hacedor.


"No se trata de hablar.
No se trata de callar.
Se trata de abrir algo entre la palabra y el silencio."
R. Juárroz


La pasión como fuerza creativa nos energetiza para emprender, para empezar; el desafío se nos presenta cuando la pasión (algo efímero que consume mucha energía) se desvanece y nos vemos en el peligro de desmotivarnos y perder las ganas de seguir. El desafío emerge, cuando nos conviene mantener esa pasión, energía y motivación de continuar con la esperanza de ver esa idea cristalizada.
La inspiración y la pasión nos empujan a iniciar algo, pero el proceso puede ser largo y eso nos permite convertirlo en un proceso creativo en el cual nunca sabemos a ciencia cierta lo que va a ir ocurriendo a medida que nosotros vamos haciendo, avanzando y tomando decisiones. Como la vida misma.

Uno de los fundamentos de la creatividad es aprender a pensar diferente, poder percibir el problema o la situación de manera útil, productiva y positiva, ¿Como puedo darle la vuelta a esta situación y aprovecharla para crear una respuesta nueva, inesperada, creativa? La finalidad es aprender a flexibilizar con el fin de desarrollar otras habilidades que nos permitan actuar de otra manera... ¿Para qué? para conseguir algo diferente. Si tú cambias, el sistema cambia, la relación cambia, el equipo cambia, ... 

Una de las estrategias que uso habitualmente cuando acompaño a personas, tanto en coaching como en formación, es provocar a través de preguntas, una respuesta inesperada. Mis clientes suelen irse "decolorados" porque les incito a pensar de manera diferente, a percibir situaciones-problema, de una manera generativa, y contemplar aquello "bueno" de lo "malo" que les está sucediendo. Les invito a que abran posibilidades y "se arriesguen" a contemplar nuevas maneras de pensar y hacer que les permita dar ese paso hacia algo nuevo en un proceso de cambio o incertidumbre.
Si para las personas más "pasivas" el reto consiste en tomar la iniciativa, pasar a la acción y dar ese primer paso como fuente generativa de nuevos comportamientos,  para las personas hacedoras, proactivas y provocadoras de situaciones, el desafío se encuentra en no-hacer-nada. Parar. Ausentarse. No-Acción. Silencio... y esperar a ver qué pasa: poner atención a las nuevas consecuencias. Porque las habrán, aunque pueda que no nos guste. Pero el objetivo no es que nos guste, sino explorar nuevos comportamientos. 

Puede resultar tremendamente revelador observar lo que a partir del no-hacer-nada emerge, qué ocurre y cómo afecta al proceso, al resultado, al trabajo con otras personas. Ninguna de nuestras conductas cae en saco roto, la ausencia de ellas, tampoco; el hecho de crear un vacío, una ausencia y un silencio puede resultar tremendamente inspirador y revelar recursos tal vez antes desaprovechados. Puede ser toda una provocación para que los demás saquen de ellos mismos sus propias iniciativas creativas, eficaces e innovadoras de manera auténtica y genuina.

Gracias por leerme