jueves, 22 de agosto de 2019

Reconectarse: el arte de volver a uno mismo





El tiempo de veraneo va bien, para desconectar de la rutina, del trabajo, de los haberes y deberes; pero es habitual desconectarse de eso, para conectarse a otros qué-haceres, deberes e imposiciones que nos consumen, y cuando volvemos de las vacaciones, seguimos tan agotados o más que cuando las iniciamos... sin percatarnos de que seguimos desvinculados de nosotros mismos. Lo exterior a menudo nos consume tanto que terminamos desatendiendo nuestra propia esencia.

El verano va bien, para desconectarnos de lo ordinario y hacernos volver a lo extraordinario, a lo que hay dentro de cada ser único, pero tenemos que poner voluntad para que eso sea, tenemos que poner ganas, vigilar que las costumbres no nos consuman y permitirnos hacer algo diferente, inspirador, regenerador emocional...  como volver a lugares casi olvidados, con personas y paisajes amados, tal vez cuidados sí, pero en la distancia. Romper el letargo de la costumbre, de lo habitual, de la rutina, de "lo de siempre" no es facil, pero necesario para permitirnos volver. Volver a descubrir viejos lugares con ojos nuevos, volver a ponernos frente un papel en blanco y permitirnos reconectar con aquellas pinturas, tintas y pinceles con los que fuimos felices, volver a oler a linóleo y a trabajar con las gubias que revelan un nuevo dibujo, preparado para entintar y estampar...Explorar qué ocurre ahora, sin expectativas, sin miedo a que salga "mal", sin pretensión de hacer la obra pictórica de nuestra vida.

Permitirnos fluir con los acontecimientos. Si tiene que ser, será, y si no, nos espera un plan mejor. Estas vacaciones para mí han sido las vacaciones del no-plan, el mejor plan es que no-hay-plan; voy creándolo sobre la marcha, a ver qué ocurre, a ver si es posible, a ver qué pasa. La mente abierta y el corazón contento, porque cuando hay ganas, todo es posible.
Volver... volver a mí y a los lugares de recuerdos entrañables con las personas oportunas con quien compartir y reconectar con los tiempos que fueron, revivirlos como si fueran hoy y que todavía pueden volver a ser, con otro tiempo, con la familia ampliada, con nuevas miradas y con ganas, muchas ganas de volver a hacerlo posible. Con nostalgia por los que ya no están, pero con mucha alegría de querer compartir momentos de nuevo juntos.


 "Estés dónde estés, lo que más importa es que estés en ti."
Alejandro Jodorosky



Volver a nuestra historia es retomar la esencia de lo que fuimos, de lo que nos unió, de dónde venimos, de lo que nos inspiró momentos de goce, de sosiego, de relojes parados.
Volver a nuestra historia es volver a las raíces que nos nutren, y absover su salvia, su "poción mágica", el "elixir" de nuestros orígenes. Es volver a lugares y personas que no nos dan prisa, donde todo-esta-bien, a pesar de que podamos estar a 40° o bajo una tormenta de verano... Vamos haciendo, sin plan, creándolo, sin prisa; porque lo que importa no es lo que suceda fuera, sino lo que existe dentro de cada uno de nosotros y la realidad que queramos crear entre todos.

El verano es uno de esos "tiempos para desconectar" de todo y una gran oportunidad para reconectarnos hacia dentro, allí donde simplemente somos, donde reside nuestra fuerza vital desde las ganas de convivir, compartir y disfrutar. Cerrarlo todo para abrirnos al presente, respirar el aire que nos brinda la naturaleza, oler a mar y a pino, y hacer cosas nuevas... Desde visitar un cine de verano con desconocidos,  ir a ver a unos amigos en una villa en plena sierra quince años más tarde, ver una exposición innovadora con la familia,  o pasar un fin de semana en un pueblecito costero con un par de amigas. Sin plan, sobre la marcha. La única intención es explorar otros paisajes, vivir nuevas experiencias, salir de lo habitual y disfrutar, reencontrarnos con nuevas experiencias que contar, que reír. 

Algo que me saque de lo-de-todos-los-días, y me meta en mí; algo que me inspire desde dentro para seguir creando y aportando valor hacia fuera, a este mundo tan diverso, tan disperso, tan cambiante,... tan loco.

Cuando vuelvo reconectada, vuelvo mejor, más yo, con energía renovada y con más ganas de seguir expandiendo, influyendo y contribuyendo a que las personas consigan vivir la vida que desean.



 "Camina lento, no te apresures; al único lugar donde tienes que llegar
es a ti mismo."
Ortega y Gasset
 
 
Y tú ¿cómo haces para re-conectarte?
 

Gracias por leerme.