viernes, 19 de mayo de 2017

Los cuatro imposibles






En PNL (a través de ella lo aprendí yo) decimos que hay cuatro imposibles:

1.- Es imposible no aprender
2.- Es imposible no cambiar
3.- Es imposible no comunicar
4.- Es imposible no influir

Cuando aprendemos algo, nuestro cerebro genera nuevas sinapsis, nuevas conexiones neuronales y cambia; este cambio se refleja en nuestra manera de pensar y de concebir la realidad, de hablarnos y de comunicarnos y comportarnos con el entorno. Todos estos nuevos aprendizajes influyen tanto en nosotros mismos como en los demás. Es un proceso neurológico totalmente natural. Ya que estos puntos son imposibles en la naturaleza humana ¿qué tal si nos ponemos a indagar, explorar y aprender a hacerlo de manera positiva y que  nos abra posibilidades en lugar de limitarnos?

1.- Es imposible no aprender

Cada día aprendemos cosas nuevas. Probablemente no seamos conscientes porque nos dejamos llevar por la rutina, los horarios, los “deberías”, y las normas sociales o que nosotros mismos nos imponemos desde nuestro sistema de creencias.
Pero aprender, aprendemos.  Cuando leemos un libro, cuando vemos una película, cuando conocemos a una persona nueva o nos reencontramos con un viejo amigo después de muchos año, estamos aprendiendo. Cuando nosotros mismos reflexionamos sobre algo, cuando probamos una nueva receta, o usamos por primera vez el transporte público estamos generando nuevas conductas, nuevos conocimientos y nuevas prácticas.
Lo interesante es cuando tomamos consciencia y nos damos cuenta que eso nuevo está suponiendo para nosotros ver con nueva mirada, escuchar con otra atención y hacer otro tipo de cosas (o las mismas cosas de otra manera). Muchas veces leemos un libro ya leído y nos aporta nuevas revelaciones que la primera vez no descubrimos; lo mismo ocurre con aquella película que hemos visto varias veces… cada vez que la volvemos a ver, aprendemos algo nuevo o nos fijamos en detalles que anteriormente no nos habíamos percatado. El libro es el mismo… la película también. Somos nosotros que durante este tiempo hemos desarrollado otras habilidades de percepción, conocimiento y reflexión. Hemos cambiado.

2.- Es imposible no cambiar

Somos seres en continua evolución por muy zoquetes que nos podamos considerar. Y la evolución implica cambio. Al aprender cambiamos nuestro sistema cognitivo, psicomotor, nuestra manera de percibir el entorno y nuestra manera de sentir y reaccionar ante él.
Una de las presuposiciones de la PNL es que la naturaleza del universo es el cambio. El Universo mismo sigue en continua expansión, se mueve, y eso afecta a las diferentes constelaciones y la interacción de la energía que se mueve por las diferentes galaxias…
Si nos cogemos a una de las leyes universales… "lo que es fuera, así es dentro"… nosotros como miembros de un pequeño sistema solar dentro de la inmensidad del Universo, también estamos en continuo cambio. Nuestros cerebros aprenden, nuestro sistema biológico envejece, nuestras habilidades aumentan, nuestro pequeño universo interior también se enriquece.


"La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño natural."
Albert  Einstein

3.- Es imposible no comunicar

Teniendo en cuenta que estamos en continuo aprendizaje, movimiento y cambio permanente, nuestra propia naturaleza ya se ocupa de transmitirlo internamente a través de nuestras células; y externamente, tanto a través de nuestras palabras como de nuestros comportamientos, posturas corporales y lenguaje no verbal. Estamos diseñados para no dejar de comunicarnos constantemente… hasta cuando dormimos nuestro cerebro sigue en marcha siguiendo la comunicación entre nuestro consciente e inconsciente y transmitiendo a través de símbolos, secuencias, colores  y mensajes de cómo va nuestro mundo interior…
Cuando pensamos, nos estamos comunicando con nosotros mismos, cuando hablamos con los demás nos estamos comunicando - estamos transmitiendo ideas, pareceres, creencias, opiniones-, cuando callamos también (a menudo las ausencias y los silencios hablan…), nuestra manera de andar comunica, nuestros gestos comunican, nuestras miradas comunican, nuestros talentos y habilidades también. Con quién vamos y a qué nos dedicamos, las decisiones que tomamos, nuestros valores y nuestros objetivos... Todo es información transmitiéndose a velocidades que nuestro cerebro cognitivo no alcanza, pero que llega perfectamente a otros campos más profundos e inconscientes.
Y al comunicarnos… influimos.


"Nuestro comportamiento también tiene una influencia sobre nuestras ideas y nuestros sentimientos. Cuando, como seres humanos, nos comprometemos a dedicar nuestra atención, nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y demás recursos a alguien o a algo, con el tiempo vamos desarrollando sentimientos hacia el objeto de nuestra atención."
James Hunter

4.- Es imposible no influir

Alguien te dice algo en un momento determinado… y ya te ha inducido una idea… una impresión, una opinión, una creencia… La importancia que tú le des a eso (a lo que te ha dicho, el cómo te lo ha dicho, al quién te lo ha dicho y la idea en sí misma) determinará el grado en el que esa persona tiene influencia sobre ti.
Todos influimos de manera natural con otros; la diferencia es la importancia que le otorgamos.
Cuando nos encontramos a alguien en un ascensor, y un simple y amable “buenos días” le despierta una sonrisa en el otro… Ya hemos influido en su estado aunque sea por unos pocos segundos.
A alguien cabreado, le tocamos el hombro, ya estamos influyendo en él.
A alguien que está contento le damos una mala noticia… le estamos influyendo.
A alguien enfermo, le aportamos calma y cuidado… le estamos influyendo.
A alguien de semblante serio, le hacemos sonreír…  le estamos influyendo.
Y siempre estamos influyendo en nosotros mismos, a través de cómo nos hablamos, como nos tratamos, cómo nos cuidamos o descuidamos, cómo nos perdonamos o castigamos… Es un continuo no parar…
Pero no nos estresemos por esto. Funcionamos así, es inevitable. Lo que me resulta muy interesante es tomar consciencia de estos cuatro imposibles para regular nuestras respuestas y reorientarlas hacia una manera de influir con integridad en los demás. De una manera que motive y no castigue; que aliente y no castre; que nutra y no desgaste; que enriquezca y no sólo cuezca... y así contribuir, aunque sea por unos segundos, a crear un mundo más amable.
¿Te has dado cuenta de cómo te hablas internamente a ti mismo?
¿Observas cómo influye eso en tus actitudes y comportamientos?
Y sobre los demás… ¿Cómo quieres influir?
Tal cual sea nuestra capacidad de influir, será la impronta emocional que dejemos en los demás… y así será como nos recordarán (o no) pasado un tiempo…

Sabiendo ahora estos cuatro imposibles…
¿Cómo cambia tu percepción de las cosas?
¿Qué nuevos pensamientos desatas a partir de esta nueva información?
¿Cómo decides a partir de ahora influir sobre ti mismo y sobre los demás?
¿Qué decides aprender de manera consciente para hacer cambios oportunos y positivos en tu trabajo, tu área personal o en tu vida en general?
¿Y cómo esto va a determinar nuevas maneras de comunicarte y de influir en ti y en tu entorno?

¿Cómo puede esto afectar, enriquecer o potenciar tu plan de marketing personal?

Gracias por leerme.


martes, 9 de mayo de 2017

La creatividad, un valor en auge






Ya no es algo nuevo que bien entrado el siglo XXI las personas “raritas” y con nuevas maneras de percibir "la realidad" y de aportar soluciones alocadas empiezan a ser de las más solicitadas para cubrir ciertos puestos en el mundo de la empresa. ¿Por qué? Simplemente porque piensan de manera diferente.
Los nuevos problemas requieren nuevas soluciones… lo que siempre se ha hecho, ya no es útil y en muchos sectores se apuesta por la formación y coaching para potenciar la creatividad tanto en empresas como particulares, ya no solamente con la intención de resolver problemas, sino como manera preventiva de evitarlos y probar a hacer cosas diferentes.


“No es posible resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer” 
(Roger Van Oech)


Hace años escribí:

La creatividad ya no sólo es una característica particular de aquellos profesionales o aficionados a cualquiera de las artes, sino que lo puede ejercer cualquier persona que practique maneras de pensar diferente y sepa percibir una misma realidad desde diferentes puntos de vista, para no solamente solucionar problemas sino para mejorar lo ya establecido. Alguien que practica el pensamiento creativo sabe moverse ante y con la adversidad, sabe “sacar de donde no hay” y está predispuesta a ver, no lo que hay o es hoy, sino lo que puede llegar a haber y ser mañana.  

La pregunta mágica podría ser algo así como: “¿De qué otra(s) manera(s) puedo mejorar esto?”, "¿De qué otras alternativas u opciones dispongo y qué puedo hacer a partir de de ellas?" Aprendemos a ampliar nuestras posibilidades y probar nuevas soluciones, sabiendo que nos podemos equivocar, simplemente porque estamos probando algo nuevo.”

Una magnífica noticia es que todos somos seres creativos… Sí. No pongas esa cara. Que no te hayas atrevido a probar cosas nuevas, a arriesgar otras maneras de hacer y solucionar los problemas, a embarcarte en proyectos que no sabes dónde te van a llevar,  y que hayas ido siempre “sobre seguro”, no quiere decir que no seas creativo… quiere decir que no has practicado la parte creativa y generativa que hay en ti. Punto. Solamente tenemos que saber observar a los niños, los grandes maestros de la edad “adulta”, los sabios sin prejuicios, sin filtros y abiertos a explorar y disfrutar. Ellos viven el ahora, y cuando están en alguna tarea, por complicada que les resulte, están con todo su ser. Nosotros también fuimos así. Después crecimos y nos creímos aquello del “miedo al fracaso” y el “no intentarlo por si sale mal”. A menudo nos engañamos con este tema… realmente pocas veces nos frenamos por miedo a fracasar, sino más bien por miedo a tener éxito. Pero este es otro tema.
 
Volvamos al asunto de la creatividad...
¿Qué pasaría si probaras algo nuevo? ¿Qué pasaría si te arriesgaras? ¿Qué pasaría si eso que has ideado en tu cabeza funcionará y tuviera éxito una vez cristalizado y materializado en algo “tangible”?
Piénsalo...
 
Te contaré algo más personal.
En estos momentos estoy arriesgando en un proyecto nuevo, con una persona nueva, y haciendo algo que nunca he hecho antes… Estoy abierta a la experiencia más que en el resultado. Es cierto. Soy consciente de lo que me lleva a emprender esta aventura, de lo que me mueve y de los valores que quiero que estén presentes hasta llegar al propósito final. Sí, porque hay un propósito, y bastante elevado, la verdad. [La creatividad y el riesgo deben tener un propósito, tenemos que enfocarlos a algún resultado deseado y a un objetivo bien definido… si no… ¿para qué?]
Mi compañera de viaje y yo tenemos la intención de que la experiencia también sea un éxito al finalizar el camino y vamos reorientando nuestras acciones hacia un resultado deseado. Pero, por otra parte, también somos conscientes de que hay miles de factores que no dependen de nosotras… Miles. Y por tanto, que no controlamos: circunstancias, obstáculos, imprevistos y adversidades que nos convendrá sortear y gestionar como mejor sepamos. Sabemos que no va a ser "fácil" (o tal vez sí), pero también sabemos que lo sea o no queremos disfrutar.


No nos referimos sólo a tener mejores ideas. Hablamos de una suerte de consciencia general que te lleve a un mayor disfrute de tu trabajo y de las personas que te rodean: un espíritu capaz de mejorar la colaboración y la comunicación con los demás 
 (El espíritu creativo, D. Goleman, P. Kaufman y M. Ray)


A veces nos olvidamos de disfrutar. La creatividad implica disfrute, implica perseverancia y pasión manteniendo un estado interno de alegría y goce. Por eso, aunque el resultado nos importe (para eso nos hemos sumergido en estas aguas desconocidas), siempre nos importará más disfrutar del viaje y aprender: recoger las miles de enseñanzas ocultas en cada una de nuestras acciones, “errores” y “fracasos”, en cada una de nuestras interacciones con otras personas involucradas en el proyecto, en cada una de nuestras decisiones. Sabemos lo que queremos conseguir y cómo lo queremos hacer… lo que no sabemos es lo que nos vamos a ir encontrando por el camino. (Y es que si lo supiéramos toda aventura perdería su gracia...)

Los que más entienden sobre el tema, [Howard Garner, y sus Inteligencias Múltiples, Edward De Bono, y su Pensamiento Lateral, Ken Robinson, y su búsqueda del Elemento, incluso Daniel Goleman, desatando su Espíritu Creativo (sólo por citar algunos)], defienden que el desarrollo de la creatividad va estrechamente unido a la pasión que nos permite entrar en un estado de “flujo”, como bien apunta Csikszentmihalyi (ahora vas y lo pronuncias bien), entrando en contacto con nuestra parte inconsciente, y que requiere un “estar presente sin estar”. 
No pongas esa cara otra vez. 
Es un estado en el que has entrado millones de veces y ni te has enterado. Es un estado en que nos encontramos como entre dos mundos, parecido a un estado de trance en el que entran en conexión la parte consciente con la inconsciente permitiendo abrirse los canales de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales. Es un estado medio etéreo, por decirlo de alguna manera, hasta tal punto que el sonido de un timbre o de una llamada telefónica nos asusta y nos hacen “volver” a la realidad, digamos, material. ¿Nunca te ha pasado? ¿Ves?


“Cuando usamos ambos hemisferios, nuestro potencial creativo se vuelve infinito.” 
 (Tony Buzán)

No es un estado que sólo pueden practicar unos cuantos. De verdad. Pruébalo. Te invito a que tomes consciencia de esos estados en los que entras sin darte cuenta y pruebes a provocarlos ante un objetivo claro: aumentar tus ingresos, preparar una tesis, crear una presentación, preparar un proyecto, presentarte a una entrevista de trabajo, etc. Todos somos seres creativos y generativos por naturaleza. ¿Otra vez esa cara? Créeme. Todos. Solamente que no siempre somos conscientes y en ocasiones, es posible, no sepamos orientar esas habilidades en hacer realidad nuestros sueños.
 
Tanto en procesos de coaching, como formando en PNL, procuro plantear preguntas que inviten a mis alumnos y clientes a reflexionar de manera diferente. Propongo a menudo cuestiones que nunca antes se han planteado, incluso les devuelvo algunas preguntas que se manifiestan en clase dándoles “la vuelta” y enfocando el tema de otra manera, desde otra perspectiva. Generalmente y a principio de curso y de proceso, lo suelo verbalizar en voz alta a modo de advertencia: una de mis labores es invitaros a pensar de manera diferente, no pretendo cuestionar vuestro enfoque (que también, aunque respetándolo), solamente mi intención es que os abráis a percibir la realidad desde otros enfoques nuevos. La sorpresa me la llevo cuando en la mayoría de los casos estas nuevas maneras las perciben como algo fascinante y muy útil para su vida cotidiana. Los problemas ya no son tales cuando estamos abiertos a las soluciones más disparatadas.

Pero a menudo no es fácil tratar con "creativos". Los creativos suelen ser personas solitarias y más bien incomprendidas, incluso enajenadas por muchos círculos sociales. No son “normales” y ese es su gran potencial. Apostar por el “rarito” puede ser un riesgo, pero también toda una oportunidad para aprender a pensar y a concebir situaciones complejas para superarse a sí mismo y evolucionar en muchas de las áreas que contribuyen al éxito de una empresa. Los “raritos” piensan en generativo, ven soluciones donde aparentemente no las hay, suelen tener una actitud ante la vida de esperanza, y disponen de un afinado sentido del humor. Su cerebro va a mil y las conexiones neuronales también. Tampoco esperes que te comprendan a la ligera… 


“Si una persona quiere ser creativa es importante que tome consciencia de la fluidez de la percepción y de la posibilidad de tener múltiples percepciones, todas ellas valiosas.” 
 (Edward De Bono)


Con todo y con esto, la creatividad (y los creativos) es un valor en auge dentro del marco social y económico. Confío que cada vez se cotice y reconozca más y mejor en los diferentes sectores y estratos empresariales.

¿Cómo crees que esto de ser creativo puede afectar a tu marca personal
Ahí te lo dejo.

Gracias por leerme.